El donatario debe, so pena de nulidad, aceptar la donación por sí, o por medio de persona autorizada con poder especial para el caso, o con poder general y bastante (art. 630 CC). La doctrina ha destacado que no se trata strictu sensu de un contrato nulo, sino de un contrato inexistente porque no ha llegado a perfeccionarse, pues no se da el consentimiento de la otra parte contratante. Como adelantábamos en el epígrafe anterior, tratándose de cosa mueble, la aceptación ha de constar por escrito, salvo que la entrega se produzca en el mismo acto (art. 632 CC).

La donación tiene por objeto un inmueble, la aceptación podrá hacerse en la misma escritura de donación o en otra separada; en todo caso en vida del donante. Si se hace en escritura separada, deberá notificarse la aceptación en forma auténtica al donante, anotándose esta diligencia en ambas escrituras (art. 633.II y III CC) (STS 31.3.2001 – RJA 3990).


Fuente:
Manual de Derecho Civil (contratos), Rodrigo Bercovitz Rodríguez-Cano (Coordinador). Página 152.