La custodia compartida supone sin duda una buena fórmula para que los menores pasen más tiempo con los dos progenitores sin que uno de los dos se vea en la obligación de ver a su hijo solo ciertos fines de semana. Para conocer más detalles sobre la custodia, sigue leyendo. Desde hace unos años se está generando una defensa en torno a este tipo de medida e incluso algunas Comunidades Autónomas han legislado a favor de esta situación. Los pros de esta medida especialmente para el menor serían muchos: Reduce las carencias afectivas y favorece la estabilidad emocional del menor. Evita el sentimiento de culpabilidad del pequeño. Reduce la conflictividad entre los padres que deben llegar a un comprensión. Da más tiempo libre a los dos progenitores que disponen de espacio solos y espacio con el menor. No se produce una rotura radical en la vida del pequeño manteniéndose una continuidad en su situación. Se equilibran los roles de los dos cónyuges. Se evita la utilización del régimen de visitas como arma contra el excónyuge. Mas asimismo existe un extenso campo que considera que no todo es tan beneficioso ni para el menor ni para los progenitores. Serían los contras de esta medida: Se genera un fenómeno llamado el pequeño maleta por los constantes traslados del menor Necesidad de un comprensión entre los progenitores puesto que los 2 deben llegar a abundantes acuerdos lo que no siempre y en toda circunstancia es simple El menor debe acostumbrarse a dos domicilios y núcleos familiares lo que puede provocar que no esté arraigado en ningún lugar. Sinceramente considero que los pros superan a los contras y que debe hacerse un esfuerzo por conseguir la normalización de las relaciones entre progenitores por el bien del menor. Debemos tener claro que nuestras diferencias, las que nos han llevado a cesar la relación, no son circunstancias que puedan marcar por siempre la vida de nuestros hijos.